“En esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos. El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él” (1 Juan 2:3, 4).

EL SÁBADO Y EL EVANGELIO

jueves 06 diciembre, 2012

Ayer consideramos Éxodo 20:11, 12, y Deuteronomio 5:15. Vemos aquí que el sábado apunta a dos ideas: la Creación y la Redención, dos conceptos que están estrechamente vinculados en la Biblia. Dios no solo es nuestro Creador, sino también nuestro Redentor; y ambas verdades espirituales importantes llegan a nosotros cada semana, cada séptimo día, al descansar en sábado “conforme al mandamiento” (Lucas 23:56), como lo hicieron las mujeres “que habían venido con él desde Galilea” (vers. 55).

Lee Colosenses 1:14-16, y Juan 11:1-14. ¿Cómo vinculan estos textos a Jesús como Creador y Redentor?

“Puesto que la Ley divina es tan sagrada como el mismo Dios, solo uno igual a Dios podría expiar su transgresión. Ninguno sino Cristo podría salvar al hombre de la maldición de la Ley, y colocarlo otra vez en armonía con el Cielo” (MGD 42). Solo como Creador, solo como Uno igual a Dios, solo como aquel que hizo “todas las cosas” (Juan 1:3), podía Jesús ser aquel que redimiera a la humanidad caída.

Al señalarnos a Cristo como nuestro Creador y Redentor, el sábado es un símbolo del evangelio de gracia. Nuestro descanso en sábado revela que nosotros no somos salvados por las obras de la Ley, sino por lo que Cristo hizo por nosotros. De este modo, el descanso del sábado llega a ser un símbolo del descanso que tenemos en Jesús (ver Hebreos 4:3-9).

La salvación también es restauración; es recreación, un proceso que no solo comienza ahora cuando hemos aceptado a Jesús (ver 2 Corintios 5:17; Gálatas 6:15), sino también culmina con la recreación de los cielos y la tierra (ver Isaías 65:17; Apocalipsis 21:5). Aquí se muestra claramente cómo están vinculadas la creación y la redención, y ambas verdades vitales están incorporadas en el Mandamiento del sábado, uno de los Diez.

Una cosa es decir que guardas el sábado o que descansas en sábado. Los escribas y los fariseos hacían eso. Pero otra cosa es experimentar la plenitud y la riqueza del sábado. ¿Cómo es tu observancia del sábado? ¿Qué podrías hacer para obtener mejores bendiciones espirituales y físicas que Dios provee para nosotros en el sábado?

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