EN EL CENTRO del mensaje bíblico se encuentra la historia más hermosa que alguna vez se contó, la del Dios creador, quien, en la persona de su Hijo, dejó la gloria del cielo para salvar a la humanidad del pecado y de la muerte. En la segunda mitad de Zacarías hay varias profecías mesiánicas -promesas proféticas del Antiguo Testamento acerca de Jesús-, de aquel que hizo todo por nosotros.